¿Puede uno llevar una camiseta rosa con su propio nombre en el pecho?¿Aún siendo Bertín Osborne?
Paco Smith:
Esta pregunta que nos asalta tiene distintas vertientes. Si hablamos de Don Bertín, la respuesta es que por supuesto que puede. De hecho, no sólo podía, sino que como faro y modelo de futuras y esperanzadoras generaciones, DEBÍA hacerlo. De esta manera, los jóvenes, desorientados en la adolescencia, tenían una forma fácil de identificar a quien tenían que seguir e idolatrar: el que llevaba la camiseta rosa con su propio nombre. Y acompañarlo con esa cinta en la cabeza le otorga una presencia y autoridad que para sí lo hubieran querido Gandhi, Obama y Lola Flores.
En el caso del pueblo llano, es evidente que no. ¿Qué tipo de gente se pondría esta camiseta? Vividores egocéntricos, paletos con dinero en los bolsillos, descreídos de ninguna responsabilidad para con la sociedad, que sin ningún oficio ni beneficio se pondría una camiseta con su propio nombre como proclamación de su ser como algo importante. Unos gilipollas, vamos. Y además nos intentarían dar lecciones de como tenemos que vivir la vida mientras hacen sus chanchullos para ser un poquito más ricos. Y encima habría palmeros que los seguirían y les reirían la gracia…
Si al personal le diera por hacer esto, sin tener la distinción y calidad humana demostrada y necesaria, ¿cómo sabríamos quién debe realmente llevarla? la sociedad perdería el norte, y no tendría referentes verdaderos. Después reflexionar sobre este tema, me atrevería a afirmar que estas camisetas se deberían prohibir para todo el mundo, excepto para Bertín, que se merece llevarla
No y no, aunque seas Bertín. Aquí se juntan dos asuntos críticos en la clase media occidental que nos asolan. Vayamos por partes.
Lo primero. Las prendas rosas en los hombres heterosexuales. Es tal la presión social y femenina con este asunto que son muchos los que sucumben y acaban, de modo perturbador, vistiéndose con polos o camisas rosas, con corbatas del mismo color, e incluso con pantalones con esa tonalidad antinatural. Amigos, es la prenda rosa es un símbolo de los más nítidos de que tu pareja te ha ganado, y ha conseguido que hagas algo humillante porque a ella se le ha metido entre ceja y ceja. Las mujeres usan sus encantos con sus parejas masculinas herterosexuales para convencerlos de que se pongan algo rosa, para luego presumir ante la sociedad de "ahí estoy yo, con dos cojones, que le he puesto a mi marido el polito ese rosa...". Muchas se lo marcan como objetivos personales equiparables al dejar de fumar, ir al gimnasio o aprender un idioma. Una vez, en una gran superficie, descubrí a una conocida acariciando una horrenda camisa rosa, y diciendo entre dientes: "Mi Antonio se tiene que poner una, como que me llamo María...".
Lo segundo. El llevar algo puesto, ya sea prenda o complemento, con tu nombre, denota que eres un gilipuertas. Hay estudios de la universidad de Wisconsin que demuestra que quien alguna vez se ha puesto una prenda con su nombre o con su cara, presenta conductas insociales como poner de politono del movil reggaeton, llamar a los fijos de las casas en la hora de la siesta o no saber como va un parquímetro.
La combinación de ambas es un tío que ha sucumbido a los encantos de su pareja femenina, sin mirar más allá del calentón, y que para colmo se ha venido arriba en banderillas y le ha querido dar el toque definitivo. Lo que le pasó exactamente al gran Bertín no lo sé...
PD: queda pendiente hablar de la felpa...
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